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La llovizna parecía no
querer dar tregua a éste sábado de mayo. Llegamos a la Rotonda de San
Justo para ver al flamante candidato a Intendente de La Matanza.Ricardo
Bruzzese nos esperaba para hablar de los proyectos con miras a los
comicios de 2011.
Ya
dentro del local, lo encontramos hablando frente a un grupo de
personas, su tono amable y carismático, firme y decidido, deja entrever
el carácter de un luchador que busca el bien común de los vecinos
matanceros.
”Un
kilo de amor, un metro de amor, cuánto vale, no hay, no se vende,
porque cuando hay amor a un proyecto y está la convicción en ese mismo
proyecto, no hay puerta que puedan cerrar, no hay pared que puedan
levantar, no hay obstáculo que no se pueda pasar. No hay plata que pueda
comprar a esa persona que está tratando de difundir ese proyecto porque
tiene amor y convicción”, señala.
“Yo
creo que no hay que prometer, hay que hacer. Hay que revalorizar las
bases de la sociedad. No podemos tener una sociedad que no quiere un
país. Porque ése chico que dice ‘no me interesa la política’ o ése
compañero que viene y te dice ‘cuánto hay para trabajar para un
proyecto’. Cuando vos trabajás por un proyecto trabajás por eso, por el
proyecto. Trabajás por el cambio, trabajás para mejorar la calidad de
vida de tu vecino y la tuya -asegura Bruzzese-. Porque, en realidad,
mejorando el país, mejoramos todos. Mejorando el barrio, es la calidad
de vida del barrio la que mejora. No mejora el estamento o la formación,
o el bienestar propio”.
“El
peronismo fue siempre la lucha es por el bienestar general y el bien
común. Entonces, no hay que trabajar por ‘cuánto hay’, porque ése es el
precio que tenés. En definitiva, terminás haciendo vos lo que lograron
los viejos dirigentes que es ponerle precio a tu vida, con un plan, con
una bolsa de alimentos, con una ayuda para tu casa, eso es el valor que
tiene uno. Desgraciadamente, terminan dejando de tener independencia
política. Porque no logran la independencia económica”, añade.
Siempre acompañado con su termo, su mate y su enorme simpatía, Brtuzzese se dispuso a la nota con con nosotros.
- Dice que se le hizo creer a la gente que la posibilidad de avanzar está en un plan o una ayuda…
-
Esto está mal. Yo creo que es hora de que nos cansemos, yo creo que es
el momento de una revolución. En el buen sentido y a la altura del 2010.
Antes las revoluciones se hacían a tiros. Yo creo que hoy hay que
hacerlo con ideas y con trabajo. Dignamente. Para esto hay que presentar
proyectos reales, con presupuestos reales, con el conocimiento de la
situación concreta. No puede haber primer cordón, segundo cordón, esa
gran mentira que dicen los políticos en La Matanza. No existe. No se
puede hacer un proyecto para un cordón cuando tenés realidades
diferentes.
-
Acá donde estamos nosotros -San Justo- o en Ciudad Evita, por ejemplo,
hay monoblocks, chalets y barrio de emergencia, no tienen la misma
realidad, no se puede hacer un proyecto conjunto. Tiene que haber un
proyecto cada 20 manzanas. Entonces ahí vas viendo las dificultades y
las respuestas que se pueden dar a cada una de esas realidades.
-
Yo creo que en La Matanza se vive una gran injusticia, si bien el
gobierno nacional bajó miles de millones de pesos en obras. Todas las
obras que hay hoy en La Matanza, son dinero del gobierno nacional. No
salió del gobierno municipal. Salió del gobierno nacional y, por ende,
del gobierno provincial. Entonces, si no hubiéramos tenido un Estado
nacional tan generoso, pobre de nosotros en La Matanza. Hoy todavía
vivimos en una Matanza donde hay gente camina tres kilómetros para tomar
un colectivo. ¡Es una vergüenza! ¡Y tres kilómetros de tierra!
Por
momentos, Bruzzese levanta la voz con tono de indignación, y con gestos
efusivos golpea la mesa y resalta: “¿Y cómo vamos a decir ‘no hay
deserción escolar’? ¿Y ése chico? ¿Cómo va al colegio? Hay colegios que
siguen con su calle principal ¡de tierra! Y hay ordenanzas que dicen que
no puede ser eso, ¡tienen que estar asfaltadas!”
-
Yo por eso digo que tenemos que formarnos como vecinos, informarnos
como vecinos y por supuesto organizarnos. La Matanza tiene que ganar el
lugar que le corresponde, que es la quinta provincia. Acá en La Matanza
es importante el día electoral. Ahora el intendente de La Matanza y La
Matanza en sí, tienen que tener el peso que realmente tienen. Tienen que
exigir de acuerdo a lo que es.
- ¿Cuál es su idea?
-
La idea es en cada barrio empezar a escuchar a la gente y presentar
proyectos, es encuadrarlos en una organización política. Y, obviamente,
yo en esto voy a ser muy parcial, porque voy a querer que vengan todos
acá, porque mi objetivo es uno, que es La Matanza. Entonces cada barrio
tiene sus necesidades, cada vecino que es reacio a hablar de política,
porque la política suena a negocio, a curro, a vagancia y no es así. La
política es un gran sacrificio, la política es mucho trabajo. Algunos no
lo hacen, esto está claro. Por eso estamos discutiendo la intención mía
de ser intendente.
-
Si La Matanza estuviera fenomenal, ¿para qué hace falta un Bruzzese? No
hace falta. Estaríamos todos acompañando al fenomenal intendente. Pero
no existe. Hay gente que va por el oro yo voy por el bronce. Yo quiero
ser el mejor. Quiero tener el orgullo que tuve yo cuando murió mi papá y
más de tres mil personas vinieron al velatorio de mi papá y todos
diciéndome que mi papá fue un gran tipo, muy honesto. Un gran compañero y
un sindicalista muy honesto, entonces volvemos a lo que yo hablaba al
principio. Hay cosas que no se compran, y el orgullo de llevar un
apellido digno, con una trayectoria correcta, no hay valor.
-
A mis hijas, hoy, a pesar de haber salido de un barrio muy humilde, un
barrio de trabajadores, me ha ido muy bien en la vida, entonces quizás
le pueda dejar una herencia material. Pero yo quiero tengan el orgullo,
el día que yo me muera, de haber sido las hijas de Ricardo Bruzzese, uno
de los hombres que le dejó todo a La Matanza. El hombre que cambió La
Matanza y le dio calidad de vida a La Matanza. Porque nosotros podemos
tener Disneylandia acá pero si no tenemos calidad de vida, no lo podemos
disfrutar. Yo creo que esto es muy importante, nosotros tenemos que
volver a los cimientos de la sociedad. El amor a la Patria. Si vos no
tenés amor a la Patria, no podés pensar en tu familia. Si tenés el amor a
la Patria, tenés que pensar en la familia. Hoy una familia constituida
parece una película de ciencia ficción. ¡Y no es así! Hoy la calle
supera cualquier película de ciencia ficción.
-
Hoy están los que dicen ‘se perdieron los códigos’, y ¿por qué lo damos
por terminados? ¿Por qué valoramos las armas? Tenemos que volver a los
viejos códigos, volvamos a valorizar la familia, a priorizar el trabajo.
A la cosa bien hecha, es lo que corresponde.
-
No es porque vos hacés un buen trabajo, tenés que salir y hacer un gran
acto. No. Es lo que corresponde, porque para eso te eligen y para eso
te pagan. Hay que volver a dale fe a la gente. La gente perdió la fe en
los políticos, la gente mira los noticieros y los cambia, porque no le
creen a los periodistas ni a nadie. Y si vos mañana, que nunca entraste
en política, te dedicás a la política, te dicen “¿y vos en qué curro
andás?” Y la política es un trabajo muy honesto, muy importante y un
sacrifico. Es una forma de vida. Es el arte de lo posible.
Fuente: Agencia Nova